jueves, 12 de abril de 2012

El café es para los perezosos

El café de la mañana es, para muchas personas, uno de los rituales más importantes “para despertar de veras”, una especie de umbral después del cual es posible acometer todas las actividades que la jornada laboral demanda, un supuesto potenciador o vivificador del ánimo y la voluntad cuya ausencia solo induce ese estado en que se prefiere no hacer lo que se tiene que hacer. 
Sin embargo, este prestigio del café podría no ser más que una idea cultural y para nada un efecto fisiológico, o al menos no para todas las personas.


De acuerdo con un estudio llevado a cabo por Jay Hosking, candidato a doctor en el Departamento de Psiciología de la Universidad de British Columbia, ni el café ni otros estimulantes como las anfetaminas incrementan los niveles de motivación y, además de que pude generar el efecto contrario, quienes así lo sientan es solo porque son de por sí perezosos.

Hosking experimentó con ratas, específicamente con dos grupos que, como en los seres humanos, están claramente diferenciados por su tendencia natural y cerebral a la resolución de problemas: por un lado las que destacan en esta actividad, las ratas “diligentes” y, por el otro, las que no las realizan de buen grado o ratas “perezosas”.

Bajos los efectos de la cafeína y las anfetaminas, las llamadas ratas “diligentes” solo se hicieron menos activas y motivadas y, por el contrario, las “perezosas” incrementaron significativamente la energía con que resolvieron un rompecabezas específicamente diseñado en el laboratorio para tal fin.

“Todos los días millones de personas utilizan estimulantes para despertar, mantenerse alertas e incrementar su productividad ―de conductores que manejan la noche entera a estudiantes preparándose para los exámenes. Estos resultados sugieren que ciertos estimulantes podrían de hecho tener un efecto opuesto en las personas naturalmente inclinadas hacia las tareas difíciles de la vida que vienen acompañadas de grandes recompensas”, concluye Hosking.

martes, 10 de abril de 2012

Cereales, ¿la peor opción para el desayuno?

Una de las creencias más aceptadas es que un buen desayuno se consigue casi únicamente con un tazón lleno de alguno de esos cereales vistosos que vienen en caja de cartón, procesado por alguna de las dos o tres corporaciones que han monopolizado este mercado e influido en la creación de dichos hábitos alimenticios y de consumo.
Sin embargo, a pesar de la publicidad y el aura de nutrición que esas marcas intentan imponer sobre sus productos, lo cierto es que difícilmente hay una peor manera de comenzar el día que sirviéndose una porción de esos cereales.




En los que están destinados a una dieta “saludable pero divertida”, por ejemplo, atractivos sobre todo por su sabor dulce, el contenido promedio de azúcar en 100 gramos de alguno de esos cerales es de 13 gramos, azúcares refinados asociados a padecimientos como la obesidad, la diabetes y otros no menos severos.

Ahora supongamos que en vez de los cereales azucarados se opta por otros como la variedad Corn Flakes, notablemente mucho menos dulce, sí, pero con una cantidad impresionante de almidón por cada 100 gramos, unos 76 gramos en cada una. El almidón tiene un alto índice glucémico, por lo cual eleva la glucosa en la sangre casi tan rápido como el azúcar, con los mismos efectos que en el caso anterior.

Entre ambos extremos, los cereales muy azucarados y los que supuestamente no lo son, se encuentran al menos dos productos que se promocionan como saludables, lo mejor para guardar la forma: el Special K y el All Bran, el primero enfocado a las mujeres jóvenes que aspiran al ideal de belleza dominado por medidas específicas y el otro distinguido por un alto contenido de fibra.




La sorpresa es que, al menos en lo que concierne al nivel de azúcar de cada uno con respecto a las otras opciones, la diferencia es nula: en 100 gramos de Special K hay 17 gramos de azúcar y 59 gramos de almidón) y en la misma cantidad de All Bran 22 gramos de azúcar y 45 gramos de almidón.
Así las cosas, sin duda lo mejor sería sustituir estos productos sumamente procesados que poco o nada tienen de saludable, por opciones mucho más naturales como la avena o la fruta para comenzar cada día de la mejor manera posible.

domingo, 8 de abril de 2012

Alimentos enlatados, ¿son malos?

Los alimentos enlatados tienen fama de ser una opción rápida y accesible para un modo de vida supuestamente ajetreado y sin mucha oportunidad para sostener mejores hábitos. Sin embargo, a mediano y corto plazo, estos pueden acarrear serios problemas de salud.

En un estudio comparativo llevado a cabo por Jenny Carwile, estudiante de posgrado en la Escuela de Salud Pública de Harvard, se descubrió que las sopas enlatadas aumentan en 1000% la presencia en el cuerpo del compuesto orgánico Bisfenol A (BPA), decisivo para alterar el funcionamiento hormonal y desarrollar enfermedades como diabetes, obesidad y algunos males cardiacos.




Para saber esto Carwile reunió a 75 voluntarios a quienes dividió en dos grupos. Diariamente, por cinco días, el primero de estos consumió aproximadamente 350 gramos de sopa de verduras enlatada y el resto la misma cantidad pero de sopa fresca. Tras una pausa desintoxicante de dos días, ambos grupos se intercambiaron y el proceso se repitió.
Al examinar la orina de los voluntarios, se descubrió que el grupo expuesto a la sopa enlatada había aumentado en 1221% la presencia de BPA en sus líquidos corporales en comparación con la orina del grupo que había consumido sopa fresca.
Y si bien en el estudio se empleó una marca específica de sopa, Carwile y sus colegas aseguran que “no importa la marca de sopa o de sopa enlatada, lo que importa es la lata”. El BPA, por ser un derivado de la acetona y del fenol, se utiliza para fabricar los revestimientos de plástico que separan los alimentos y bebidas del metal en la mayoría de las latas y otros envases.

Con este precedente sería interesante estudiar ahora cuántas de las personas que padecen obesidad o diabetes, dos de las enfermedades que tristemente han ido en aumento en los últimos años, basan su dieta en alimentos enlatados.

viernes, 6 de abril de 2012

5 alimentos ideales para desintoxicarte

Actualmente vivimos en una era que si bien ha sido llamada “de la información” en un futuro no lejano también podría ser considerada como la “era de la intoxicación”. La calidad de los alimentos, del aire que respiramos, de los estilos de vida, favorecen la acumulación de sustancias y partículas poco favorables para la salud del organismo. Pero antes de comenzar con el listado de cinco alimentos que contribuirán a la purificación del cuerpo, vale la pena recordar que no hay mejor arma para combatir la intoxicación que los buenos hábitos, empezando por la moderación.

1. Manzana

Esta fruta tiene múltiples nutrientes y fitoquímicos que le facilitan las labores de limpieza a tu hígado. Además contiene una fibra soluble que ayuda a la eliminación de metales y aditivos. Algo importante es procurar las manzanas orgánicas, ya que las otras están entre los 12 alimentos con mayor presencia de pesticidas.


2. Betabel


El betabel (remolacha) es rico en vitaminas B3, B6, C y beta-caroteno, además de minerales como magnesio, zinc y calcio, una combinación que pone en marcha un agente pro desintoxicante en tu organismo.  El betabel fortalece al hígado y su alto contenido en fibras favorece la digestión, lo cual complementa las propias funciones de limpieza de nuestro organismo.


3. Algas marinas


Las algas son uno de los alimentos más ricos en anti-oxidantes, alcalinizan la sangre y fortalecen el tracto digestivo. Pero tal vez su mayor cualidad desintoxicante sea su capacidad para absorber toxinas del tracto y permitir que sean removidas por el organismo. 


4. Ajo


El ajo es uno de los más populares desintoxicantes. El hecho de servir como antibiótico, antiviral y antiséptico garantiza la eliminación de múltiples microbios, lo cual ayudará a la limpieza de la toxinas endógenas (aquellas que produce nuestro propio cuerpo)


5. Alcachofa


Se ha comprobado que las alcachofas incrementan la producción de bilis en nuestro cuerpo y purifican y protegen el hígado. También se conoce su cualidad como estimulantes del flujo en los riñones, lo cual acelera el proceso de remoción de toxinas. 

martes, 3 de abril de 2012

La producción de alimentos orgánicos comienza a dañar el planeta

Aunque parezca increíble los alimentos orgánicos amenazan con convertirse en un peligro ecológico para el bienestar del planeta.
La fuerte demanda por estos artículos, sobre todo por consumidores en Estados Unidos, está provocando que en los lugares donde se cultivan se tomen medidas que poco tienen de orgánico o de benéficas para el medio ambiente.




Un ejemplo: la Cooperativa del Cabo, con sede en México, provee diariamente 7 toneladas y medio de tomates y albahaca que entrega a la estadounidense Trader Joe’s and Fairway, un número altísimo que está sumiendo a empresas como esta en serios problemas comerciales que intentan resolver con medidas que dañan su entorno.
Los pozos de agua los acaparan estos productores y provocan que el recurso escasee para los pequeños agricultores; los alimentos producidos se entregan a grandes cadenas de distribución global que los llevan de países americanos como Chile o Argentina a lugares como Nueva York o Dubai, proceso que, al final, implica altísimas emisiones de gases nocivos que contribuyen al calentamiento global; en algunos casos se ha documentado incluso que el espíritu de lo orgánico —alimentos libres de pesticidas cultivados en pequeñas granjas atentas de su impacto ecológico— ha comenzado a perderse para dar paso a la forma usual de agricultura.


Sin embargo, para ser justos valdría la pena advertir que el problema no radica en los alimentos orgánicos en sí, sino que obedece a una multitud de causas entre las que pueden contarse la voracidad del consumismo (presente incluso en esta forma alternativa de vida), el espíritu de ganancia también insaciable que el sistema actual favorece, la poca rentabilidad que tienen los cultivos orgánicos en comparación con la agricultura usual, entre otras razones que van convirtiendo poco a poco esta opción saludable de alimentación en un mal.